“Agradecimiento”, “personas”, “cariño”, “preocupación”, “amables”, “cercanía”... Palabras que extraigo de este escrito que me encuentro encima de la mesa de mi despacho y que ha enviado una familia de nuestra ikastola.

La palabra “GRACIAS” dota de sentido a todo aquello que se hace orientado a las personas, y aún toma mayor sentido, e incluso se disfraza de superpoder, si hablamos de un entorno educativo en el que pretendemos que la mirada esté orientada hacia la persona.

Tal vez ese servicio de autobús al que se dirige el escrito pase desapercibido habitualmente, excepto aquellos días en los que, debido a obras en la ciudad, mal tiempo o cualquier otra circunstancia, no fluye con la agilidad habitual.

En esos momentos las miradas se dirigen hacia la queja, el reproche o incluso la protesta. Es humano, normal y natural en situaciones diarias en las que las cosas no salen como esperamos. Sin embargo, la cruda realidad nos demuestra que esa acción-reacción solo suele servir para dar escape a nuestra frustración o malestar.

En cambio, creo que dar y regalar las GRACIAS es el mayor calmante emocional, un hábito poderoso que deberíamos mimar para hacerla aún más atractivo y disfrutarlo; generador de buen rollo, placentero e incluso impulsor de salud emocional en nuestro entorno.

Crear espacios de convivencia agradecidos, amables y humanizados es una obligación, una vocación o, si se me apura, una necesidad.

Por ello, me encanta sentir que estamos alineados en la consecución de unos VALORES-VITAMÍNICOS que alimenten a nuestros hijos e hijas.

ESKERRIK ASKO a quienes hacéis uso de la palabra “GRACIAS” para poner en valor a las PERSONAS de Axular Lizeoa.

Aitor Uriondo - Director de Axular Lizeoa
#AxularStyle